Mi viaje a Japón me llevó a descubrir una interesante convivencia entre la tradición agrícola y la tecnología en el contexto de escasez de tierra cultivable y falta de mano de obra. La agrotecnología se ha convertido en una valiosa herramienta para aumentar la precisión en el monitoreo y mantenimiento de los cultivos, mientras que el gobierno japonés busca revivir la industria agrícola atrayendo a jóvenes interesados en la tecnología. Sin embargo, en este fascinante país, encontré una joya agrícola con un enfoque tradicional muy especial: los arrozales de Senmaida en la península de Noto. En esta entrada de blog, compartiré mi experiencia en este lugar único y cómo representa un ejemplo inspirador de cómo mantener viva la tradición agrícola sin despersonalizar su identidad.

El paisaje mágico de los arrozales de Senmaida:

Junto a los responsables de cuidar los arrozales de Senmaida, experimenté una mañana de trabajo rodeada de una belleza natural única. Senmaida, que significa “1000 arrozales”, es un conjunto de pequeños campos de arroz en terrazas que forman un paisaje impresionante junto a las montañas y la naturaleza circundante. Es un lugar que evoca una sensación de conexión con la tierra y la tradición ancestral.

Conservando la tradición:

Trabajo manual en los arrozales: En Senmaida, la tradición agrícola se mantiene viva a través del trabajo manual. Debido al tamaño reducido de los arrozales, la siembra y la cosecha se llevan a cabo a mano, lo que preserva las prácticas agrícolas heredadas de generación en generación. Los agricultores locales y grupos de voluntarios dedican su tiempo y esfuerzo para cultivar el arroz, manteniendo vivo este valioso patrimonio cultural.

La Sociedad de Preservación de Oyama Senmaida:

Para asegurar la conservación y el uso sostenible de Senmaida, los terratenientes y partidarios de la zona fundaron la Sociedad de Preservación de Oyama Senmaida en 1997. A través de diversas actividades, como el Sistema de Propietarios de Terrazas Oyama Senmaida y el Concurso de Fotografía Oyama Senmaida, se promueve la interacción entre las comunidades rurales y las ciudades, garantizando así el legado agrícola para las generaciones futuras.

La lección de equilibrio entre tradición y tecnología:

La experiencia en Senmaida me mostró la importancia de mantener un equilibrio entre la tradición agrícola y la innovación tecnológica. Aunque la agrotecnología puede ser valiosa para mejorar la eficiencia, es esencial que no se pierda la conexión con la identidad cultural y la historia del país. Senmaida demuestra cómo es posible conservar la tradición agrícola mediante el trabajo manual, al tiempo que se integran las herramientas tecnológicas de manera consciente y equilibrada.

Mi encuentro con los arrozales de Senmaida en Japón fue una experiencia reveladora que resalta la importancia de mantener viva la tradición agrícola sin despersonalizar lo que en algún momento de la historia del país fue un rasgo distintivo. A través del trabajo manual y la conservación de prácticas ancestrales, los agricultores de Senmaida han preservado su identidad cultural en un mundo cada vez más tecnológico.

Desde Diez Mil Años, como academia online para agricultores en Latinoamérica, tomamos inspiración de estas historias para enfrentar nuestros propios desafíos en las comunidades rurales. Aprendemos de las soluciones innovadoras implementadas en Japón, manteniendo siempre presente la importancia de nuestras raíces culturales en la agricultura. La convivencia entre tradición y tecnología en el campo es un reto, pero con un enfoque consciente y equilibrado, podemos construir un futuro sostenible y próspero para nuestras comunidades agrícolas en Latinoamérica.

Agradezco a Maki y Sayaka por hacer posible este intercambio, y por compartir sus experiencias como mujeres apostando a una vida rural posible.

Links de interés:

https://senmaida.com/ 

https://notoforest.com/